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Sinopsis oficial
Publicamos tuits, le damos al «Me gusta» y compartimos contenidos, pero ¿cuáles son las consecuencias de nuestra cada vez mayor dependencia de las redes sociales? A medida que las plataformas digitales se convierten en un cordón umbilical con el que estamos siempre conectados, unos expertos de Silicon Valley revelan lo que se oculta al otro lado de la pantalla para mostrar cómo están reprogramando la civilización las redes sociales.
Crítica
Cuando «Black Mirror» se convierte en realidad
Una interesantísima mirada a cómo internet y más concretamente las redes sociales y los algoritmos que hay detrás de ellas han cambiado el mundo, alterando los hábitos de sus usuarios. La utopía deviene en distopía, como también advierte la popular serie Black Mirror.
Se trata de una voz de alerta lanzada por algunos de los ingenieros, programadores y empresarios de Silicon Valley que han contribuido a crear al “monstruo”, y que ahora se dan cuenta de las consecuencias de crear determinadas adicciones, y de contribuir a la polarización social. No es que ahora alimenten la tecnologofobia, o que piensen que hay que volver a una era preinformática, pero si se dan cuenta de que se ha abierto una caja de Pandora de modo irresponsable, con la meta primordial de ganar dinero, pasando por alto las consecuencias en los individuos y en todo el tejido social. Y el panorama resulta cuando menos alarmante. No hay soluciones mágicas ni sencillas, tal vez, pero hay que alimentar las responsabilidad individual y de las empresas, también con medidas regulatorias, no parece quedar otra. Confiar en que esto se arregla con Inteligencia Artificial sin más, puede abocar al fracaso.
El documental dirigido por Jeff Orlowski, ágil y de ritmo vivo, recoge muchas declaraciones de antiguos responsables de empresas como Google, Facebook, Twitter, Pinterest o Instagram. Lleva la voz cantante, por así decir, Tristan Harris, confundador del Centro para una Sociedad Humana, que fue experto en ética para Google, pero hablan muchos expertos que han reflexionado sobre lo que está ocurriendo, entre ellos el inventor del botón Like, Me Gusta, de Facebook, quien afirma que lo creó para dar positividad, y nunca imaginó que podía deprimir a adolescentes que no consiguiera un número satisfactorio de Likes.
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